viernes, 17 de diciembre de 2010

"El ángel y el vampiro", de Leopoldo Alas Mínguez


Pasé la vida entre vampiros y ángeles,
libando con paciencia los unos mi energía,
los otros trasvolando mis días más sentidos.
Todos los trances de luz fueron suyos:
al ángel los del cuerpo, los del alma al vampiro.

Al sol como en la sombra estuve ciego
y en el tránsito hacia el zenit, perdido.
Confundí las alas blancas con las capas negras.
Gusté, besando al ángel, los labios del vampiro.

Siempre acudí a la cita con lo eterno.
Cada vez que llamó, me encontraba.
Unas veces hermoso y otras veces oscuro,
el timbre de su voz me subyugaba,
la miel de su sonrisa me encendía,
y bailábamos juntos, el ángel o el vampiro
y yo que nunca supe muy bien con quién bailaba.

(Incluido en La posesión del miedo, 1996)

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